Actividad: Lee la reflexión con tu familia. y saca un tiempo para conversar de la situación que esta viviendo el mundo entero, a causa del covid 19. Y que nos afecta a todos, recuerda que tu le pones el color que quieras a la vida. todo es cuestión de Actitud.Un saludo para todos los estudiantes y sus acudientes Aprovechen mucho el tiempo para compartir en familia Cuídense mucho.
Reflexión ¿Qué eliges ser,
zanahoria, huevo o café? Erase una vez la hija de un
viejo hortelano que se quejaba constantemente sobre su vida y sobre lo difícil
que le resultaba ir avanzando. Estaba cansada de luchar y no tenía ganas de
nada; cuando un problema se solucionaba otro nuevo aparecía y eso le hacía
resignarse y sentirse vencida.
El hortelano le
pidió a su hija que se acercara a la cocina de su cabaña y que tomara asiento.
Después, llenó tres recipientes con agua y los colocó sobre fuego. Cuando el
agua comenzó a hervir colocó en un recipiente una zanahoria, en otro un huevo y
en el último vertió unos granos de café. Los dejó hervir sin decir palabra
mientras su hija esperaba impacientemente sin comprender qué era lo que su
padre hacía. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias
y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato.
Finalmente, coló el café. Miró a su hija y le dijo: “¿Qué ves?”. “Zanahorias, huevos y café”, fue
su respuesta. La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo
hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo
rompiera. Le quitó la cáscara y observó el huevo duro. Luego le pidió que
probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su dulce aroma. Humildemente
la hija preguntó:
“¿Qué
significa esto, papá? Él le explicó que los tres elementos habían
enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo. Pero habían reaccionado en
forma muy diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de
pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo
había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido;
pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. El
café sin embargo era único; después de estar en agua hirviendo, había cambiado
el agua.
“¿Cual
eres tú?”, le preguntó a su hija. “Cuando la adversidad llama a tu puerta,
¿Cómo respondes?:
“¿Eres una zanahoria que
parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves
débil y pierdes tu fortaleza?”.
“¿Eres un huevo, que comienza con un
corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una
separación, o un despido, te has vuelto dura y rígida? Por fuera eres igual,
pero, ¿cómo te has transformado por dentro?”.
“¿O eres como el café? El café
cambia el agua, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto
de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café,
cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu
alrededor mejoren”. Y tú, ¿Cuál de los tres eres?”
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